Con la crisis, muchos jóvenes se encuentran en paro o mal pagados y no pueden encontrar los recursos para irse a vivir solos, lejos de su mamá y su papá. Ocurre en nuestro país, pero no sólo. Este es el caso, por ejemplo, de España, donde el número de chicas que se ganan la vida ofreciendo espectáculos de sexo en directo a través de la webcam ha aumentado en los últimos años.
Muy a menudo la gente se las arregla como puede, buscando “trabajos raros”, incluso ilegales, para evitar que los gastos personales y los extras acaben en los hombros de sus padres. Muchos jóvenes intentan llegar a fin de mes, pero hay quienes lo hacen de una forma totalmente no convencional.

La historia de Melanie (nombre ficticio utilizado en la entrevista), contada por El País, te sorprenderá. Tiene 32 años y vive en Jaén con sus padres tras perder su trabajo como secretaria administrativa. Todos los que la conocen creen que está en el paro, pero en realidad tiene un trabajo secreto: se quita la ropa por la webcam a cambio de una comisión.
La profesión de camgirl está en auge, gracias al impulso positivo del porno amateur. Durante unas cuatro horas al día, Melanie se encierra en su habitación, incluso en presencia de sus padres, para actuar en la red bajo el nombre artístico de BichitaXXX. ¿La remuneración? Un euro por minuto de espectáculo.
“Muchos clientes, un buen 40%, son habituales y me consideran su novia virtual. Me gusta acceder a sus peticiones, excepto en algunos casos, por ejemplo, cuando un hombre quiso verme perforar a una chica con mi tacón de aguja. En ese caso me negué”, dice Melanie.
Consigue ganar unos mil euros al mes de esta manera, pero también explica los inconvenientes de este trabajo en particular: “Los familiares y amigos piensan que estoy en el paro, y tener una doble vida es un poco angustioso. Mi ex novio rompió conmigo tras descubrir este mismo secreto en mi ordenador, y ahora busco a alguien más abierto, pero me temo que no será fácil”.